6.1.15

PREDICCIONES ARQUITECTÓNICAS (II)

Entre los años 1955 y 1956, ya fuera del contexto de estas Exposiciones Universales aunque con un mismo carácter expositivo, tres prototipos de vivienda se disputan la denominación de “Casa del Futuro”, no sólo desde los medios masivos que suponen las revistas populares norteamericanas de la época en las que se fraguan gran parte de los estereotipos denominados “de futuro” como “Popular Science”, “Popular Mechanics” o “Mechanix Illustrated”[1], o los periódicos nacionales de carácter sensacionalista, sino también desde el ámbito de difusión arquitectónica[2]. Estos tres prototipos de viviendas del futuro fueron la “House of the Future” (1956) de los británicos Alison y Peter Smithson para la “London Mail Ideal Home Exhibition” (1956), “Monsanto House” (1955-1957) de los norteamericanos Richard W. Hamilton y Marvin E. Goody para el parque temático “Tomorrowland” de Walt Disney, y La Maison Plastique (1956) de Ionel Schein, arquitecto de origen rumano afincado en Francia, para la muestra “Arts Ménagers” (1956) de París.


A pesar de presentar tipos arquitectónicos muy diversos, una reinterpretación de la casa-patio en el caso de la vivienda de los Smithson, un esquema orgánico-evolutivo en la de Schein y una propuesta de núcleo central derivada de la Wichita House de Fuller para la Monsanto House, los tres prototipos responden a un mismo carácter de “vivienda de exposición” y a dos paradigmas comerciales encubiertos a través de esa etiqueta “Futuro”. Por un lado, un material en creciente desarrollo en ese momento como es el plástico, y un sistema de industrialización para la construcción en masa ante la creciente demanda de viviendas en sus países de origen, Gran Bretaña, Estados Unidos y Francia después de la II Guerra Mundial, que no casualmente son también los productores de mayor número de proyectos de futuro hasta finales de los años 50. La etiqueta “Casa del Futuro” o “Ciudad del Futuro” abandona con estos tres prototipos de vivienda el ámbito exclusivamente popular de Exposiciones Universales y medios masivos, para alcanzar también el ámbito exclusivamente intelectual de las revistas especializadas y del pensamiento arquitectónico.


A partir de este momento, el apelativo “Futuro” no aparece solamente vinculado a objetos arquitectónicos de exposición y en general asociados a empresas patrocinadoras sino que empieza a ser utilizado en numerosas ocasiones como etiqueta identificativa de proyectos diversos con el fin de cualificar de esta manera sistemas constructivos, mobiliario doméstico[3], materiales, posturas urbanas, nuevos instrumentos de experimentación arquitectónica e incluso textos y libros de arquitectura, que aparecen enunciados como predicciones de posibles futuros.


Uno de los primeros libros que empiezan a plantearse el futuro, ya no de las ciudades, sino de la propia arquitectura, es “The Future of Architecture” (1953) de Frank Lloyd Wright, que ya no busca una vivienda o ciudad del futuro concretas aunque publicite proyectos de comunidades futuras como “Broadacre City”, sino de una nueva manera “orgánica” de hacer arquitectura, cercana a la naturaleza y dónde forma y función son una misma cosa. De carácter panfletario, el texto de Wright, no intenta  mostrar un panorama abierto de posibles futuros, posicionamiento que determinaremos más tarde como predicciones, sino que plantea incluso un futura debacle mundial si la arquitectura que él denomina como orgánica no prevaleciera sobre la Tierra, en este caso, el mundo presentado de una manera narcisista como los Estados Unidos de América:


“Si la arquitectura orgánica (intrínseca) no se salva, los habitantes de los Estados Unidos no viviremos nunca como una verdadera cultura”[4] (F.LL. Wright, 1953, p.276)







[1] Monsanto House:

BEHRENDT, Ernst. Plastic house of the future may come in mass produced, no up-keep parts that you arrange to suit the whole family. En: Popular Science, Apr 1956. pp. 144-147.

La Maison plastique:

HAYES, Leon y Lester. The latest from Paris, an all-plastic house. En: Popular Mechanics, Aug 1956. pp. 88-90.

The House of the Future:

This is a house?. En: Mechanix Illustrated, sep 1956. pp.61-63.

[2] Monsanto House:

Plastic 'House of Tomorrow' built by Monsanto Chemical Company at Anaheim, California. En: Architect & Building News, 1957 Oct. 9. pp. 478-485.

La Maison plastique:

Maison prefabriquee en matiere plastique. En: AA L'Architecture d'Aujourd'hui, nº 58, février 1955.  p. XXIII.

The House of the Future:

House of the Future at the Ideal Homes Exhibition. En: AD The Architectural Design, Vol. 26, march 1956. pp. 101-102.

[3] Por ejemplo la cocina del futuro de la General Motors y Frigidaire, 1956 Motorama Kitchen of Tomorrow. Ver:
SCOTT HOLLIDAY, Laura. Kitchen Technologies. En: Promises and Alibis, 1944-1966 Camera Obscura (2001) 16(2 47). pp. 79-131.

[4] WRIGHT, Frank Lloyd. El Futuro de la Arquitectura. Editorial Poseidón. Barcelona, 1978. p.276.

5.1.15

PREDICCIONES ARQUITECTÓNICAS (I)

La aparición de la etiqueta “Futuro” en la difusión  arquitectónica.


A partir de 1851, coincidiendo con la  “Great Exhibition of the Works of Industry of all Nations” de Londres[1], las exposiciones nacionales se internacionalizan, adquiriendo un carácter global y convirtiéndose de esta manera en exhibiciones del poder industrial, comercial y creativo de los países participantes, en instrumento de proyección política y de imagen del país organizador así como en facilitadoras de iconos urbanos, como la "Torre Eiffel" o de extraordinarios hallazgos como el del “Crystal Palace” (1851) de Paxton. Es  interesante comprobar la hibridación que se genera en estas exposiciones entre la incorporación de nuevos productos como la luz eléctrica, la industrialización o los nuevos sistemas de comunicación y los elementos históricos de las culturas locales que presuponen la dicotomía contemporánea entre local y global, y de la que por supuesto estas exposiciones no son un gran ejemplo al “revisitar” las tradiciones locales la mayor parte de las veces a través del pastiche y el cartón piedra. Esta dicotomía vendrá siempre asociada a la idea de progreso, construyendo así paisajes divergentes que van desde el suntuoso “Palais du Electricite” de Edmond Coignet en la Exposición Universal de París (1900) como gran pastel de bodas conmemorativo de esa nueva “Electricidad” hasta las réplica “Cliff Dwellings” de la Exposición de St.Louis (1904), reconstrucción de las viviendas excavadas por los indios norteamericanos en los cañones del Mid-West, exterminados y convertidos en icono al mismo tiempo. Esta idea de progreso germinal, llega a su culmen en 1933 con la Exposición de Chicago “A Century of Progress Exposition”, y con ella, una serie de experimentos en torno a lo que debería ser la “Arquitectura del Futuro”, derivados de la tensiones sociales de la época generadas por el ascenso de regímenes totalitarios en países de la vieja Europa.

“En la década de 1930, Estados Unidos había abandonado el clasicismo, ahora asociado con el fascismo en lugar de la democracia, en favor de una racionalización    y modernidad para una nueva cultura de masas,  que implicaba un progreso en el          mundo libre. La arquitectura futurista fue el sello distintivo la ‘A Century of Progress,     International Exposition’  celebrada en Chicago en 1933”[2] (Jackson, 2008, p.59)


En esa Exposición de 1933, aparece la “House of Tomorrow” de George Fred Keck, visitada por más de 750,000 personas durante la feria y popularizada en medios de comunicación como la “America’s First Glass House” al considerarla como la primera “Casa del Futuro” con relevancia internacional, a pesar de haber sido denominada como “Casa del Mañana” y todavía no explícitamente “del Futuro”. Keck propone de esta manera una cubierta plana, diseño modular, industrialización, sistemas pasivos de climatización y mucha iluminación. Una industrialización y luminosidad auspiciadas por las industrias del aluminio y el vidrio, como alternativas de un futuro de la vivienda muy rentables. De esta manera, las etiquetas “progreso” y “mañana” anticipan la palabra “Futuro”, que se convierte en gran protagonista de la “New York World’s Fair” de 1939 en Nueva York, cuyo tema principal es “Building the World of Tomorrow” ("Construyendo el Mundo del Mañana"), y en la que varias propuestas se disputan el sobrenombre esta vez de “Ciudad del Futuro”, “Democracity” de Henry Dreyfuss y “Futurama” de Norman Bel Geddes y Albert Kahn, para la General Motors. Ambas fueron la segunda y primera exposición más visitadas de la feria, las cuales presentaban un futuro urbano dominado por el automóvil en las que, además de la General Motors, otras marcas de automóviles o de componentes para ellos, como Chrysler, Ford o Firestone tenían pabellones propios en la feria dentro de la denominada “Transportation Zone”. Desde entonces las viviendas y ciudades del futuro se suceden en las posteriores Exposiciones Universales, incluso a partir de ejemplos construidos y realmente habitados como el icónico Habitat de Montreal’67 diseñado por Moshe Safdie.










[1] Ver: FINDLING, J.E; PELLE,K.D. Historical Dictionary of World’s fairs and Expositions 1851-1988. Greenwood Press, Nueva York, 1990.

[2] “By the 1930s the United States had abandoned classicism, now associated with fascism rather than democracy, in favour of a streamlined, mass-appeal modernism that implied progress in the free world. Futuristic architecture was the hallmark of the A Century of Progress, International Exposition held in Chicago in 1933”

JACKSON, Anna. Expo. International Expositions 1851-2010. V&A Publishing. Londres, 2008. p.59.